Entrevista a Lurdes Maiztegi, decana del Colegio de Gipuzkoa: "En un futuro próximo veremos presidir Colegios a mujeres y hombres indistintamente"
Fecha: 2021-09-16
(fuente: Mujeres por Derecho’ )
‘Mujeres por Derecho’ cede la palabra a las decanas en septiembre Seis meses después de su lanzamiento, Mujeres por Derecho ha logrado su objetivo de convertirse en el punto de encuentro de las mujeres juristas para poner en el lugar que le corresponde el papel que desempeñan en la profesión. Por medio de artículos de opinión, entrevistas y debates, cerca...
Licenciada en Derecho en la Universidad del País Vasco, UPV/EHU, Lurdes Maiztegui es decana del Colegio de la Abogacía de Gipuzkoa desde 2012. Esta jurista de reconocido prestigio y que lleva 42 años en la profesión, acumula en su Currículum numerosos cargos institucionales como: consejera del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), consejera del Consejo Vasco de la Abogacía y miembro de la Corte Arbitral de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa.
De los 16 colegios de abogados de España que tienen a su frente una decana, el de Gipuzkoa es el cuarto con un mayor número de colegiados/as, solo superado por Barcelona, Valencia y Vigo. Como órganos de representación que son, ¿cómo valora que apenas el 20 % de los 83 colegios estén presididos por una mujer?
En el año 2012 cuando, fui elegida decana, no lo estaban ni el 10 % de los Colegios. En la actualidad lo están el 20 %. Las elecciones en los Colegios de la Abogacía cumpliendo con sus estatutos se realizan cada 4 o 5 años por lo que las posibilidades de renovación también vienen limitadas por el tiempo. Valorando que el porcentaje de mujeres en la profesión están en el 50 % y ascendiendo, aunque tarde, creo que es un dato positivo y que en un futuro próximo veremos que los Colegios de la Abogacía lo presidirán indistintamente mujeres y hombres. La primera mujer que se licenció en Derecho y se colegió fue en el año 1922; Ascensión Chirivella, en Valencia. La realidad del Colegio de la Abogacía de Gipuzkoa en números absolutos es que las mujeres representamos el 48 % y en la franja hasta 30 años, el 68 %.
Por edad usted es además la decana de las decanas y lleva al frente del colegio nada menos que desde 2013 y en la Junta de Gobierno desde hace 14 años. ¿Se considera un referente para las nuevas generaciones de abogadas?
Actualmente soy la decana de más edad, pero no la más antigua en el cargo, honor de mi compañera Isabel Valriberas, del Colegio de la Abogacía de Ceuta. La referencia para las nuevas y las actuales generaciones de abogadas está en Victoria Ortega elegida entre otros candidatos, presidenta del Consejo General de la Abogacía en el año 2016 por una masa electoral fundamentalmente masculina y con renovación en el 2020. El importante porcentaje de incorporación en ascenso de mujeres a la profesión en las nuevas generaciones es, además de por sus capacidades, por haber cursado la licenciatura o el grado en igualdad de condiciones que sus compañeros varones. Binomio deseable que todos tenemos que trabajar para que con el transcurso del tiempo no ceda. En la medida que quienes formamos parte del ICAGI valoremos que su decana atiende y cumple con su cargo, si sirve y se necesita como referente, encantada.
¿Cómo fue su proceso para formar parte de la Junta de gobierno del CAGI y posteriormente Decana?
En diciembre de 2017, tras celebrar elecciones, la Junta de Gobierno del ICAGI pasó de tener 2 a 7 mujeres de 16 miembros que la componen. Confluyeron cuatro circunstancias que se complementaron: Oportunidad, capacidad, decisión y razonabilidad. Oportunidad: la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo para la igualdad efectiva de mujeres y hombres que regulaba el principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en los consejos de administración de las sociedades mercantiles. Capacidad: éramos todas abogadas con una actividad profesional conocida, cuando menos, similar a la de los sucesivos compañeros que habían formado durante tiempo parte de la Junta de Gobierno. Decisión: la nuestra; mujeres abogadas con voluntad de asumir responsabilidades que hasta entonces se asociaban a los varones. Razonabilidad: la mostrada por nuestros compañeros que conformaron junto a nosotras una candidatura esencialmente mixta, más allá de que un Colegio de la Abogacía no era una sociedad mercantil. El acceso a decana fue una continuidad de la incorporación de la mujer en el ICAGI, en este caso a su órgano de representación que, en cualquier caso, en el año 2012/2013 hubiera tenido siempre nombre femenino, porque en las elecciones en las que resulté elegida había otra candidatura encabezada por otra mujer.
Hablando de cuotas, en el colegio de Gipuzkoa han implementado mejoras como la reducción de las cuotas colegiales a las mujeres que vayan a dar a luz.
Sí, se acordó en el año 2010 la exoneración de la cuota colegial a las compañeras que tuvieran descendencia biológica o adoptiva durante 18 meses desde el parto o desde la inscripción de la adopción en el Registro Civil.
Celebraron además el primer y segundo congreso de abogadas de España. ¿Qué ha mejorado desde entonces en materia de proyección de la mujer en el mundo de la abogacía?
En 1988 organizamos el II Congreso Estatal de Mujeres Abogadas Consecuencias para la mujer derivadas de las crisis conyugales y convivencia de hecho y en el año 2016 el XVIII Mujer y Ciudad” La comparación entre lo tratado en un congreso y otro evidencia el tránsito durante 28 años, el estudio y abordaje de cuestiones diarias profesionales o no, de mujeres, desde la perspectiva de mujer, ahora manifestada como perspectiva de género.
¿Se observan comportamientos de no igualdad en el ejercicio diario de la profesión?
La deseada, previsible, próxima y natural representación institucional en la abogacía indistintamente por hombres o mujeres no es sinónimo de actitudes de igualdad en el ejercicio de la profesión. La igualdad de género no es solo números y porcentajes, que también, porque dan información y conocimiento de la realidad, porque lo que no se ve, aunque exista, no está en el mundo y dificulta su tratamiento en aras a su erradicación. Evitando la generalización, actitudes de no igualdad se dan en el ejercicio de nuestra actividad como mujeres abogadas cualquiera sea nuestro régimen laboral, autónomas o por cuenta ajena, integradas en despachos o empresas de todo orden y dimensiones con mayor incidencia en algunos sectores. Que su expresión muchas veces se manifieste con carácter individual, diferente intensidad, consecuencias en atención a su origen o finalidad no son motivos para que se produzcan y persistan. Conforme con las necesarias políticas laborales, profesionales y sociales de igualdad de género, mantengo como principio esencial de educación, que las personas, hombre o mujer, en nuestra propia responsabilidad no debemos contribuir ni participar en actitudes y comportamientos de no igualdad, en ninguno y en ningún ámbito, individual, familiar, laboral, profesional, social, con mayor responsabilidad quienes las realizan que quien las viven.